El pasado lunes 9 de septiembre, durante la fiesta de la Natividad de la Virgen María, tuvimos la alegría de recibir en nuestro templo a los consagrados y consagradas de nuestra diócesis con motivo del Jubileo de la vida consagrada.
Representantes de las distintas órdenes e institutos seculares se hicieron presentes en una jornada de oración, encuentro y comunión. Luego de compartir la Hora Santa, nuestro Obispo Mons. Alejandro Benna presidió la Santa Misa en compañía de sacerdotes de la diócesis. En un espacio de compartir y escucha, presentaron su carisma las siguientes congregaciones: Franciscanos, religiosas y religiosos Terciarios Capuchinos de la Sagrada Familia, Hermanas de la Caridad del Buen y Perpetuo Socorro, Dominicas del Santísimo Nombre de Jesús (“Tucumanas”), Hermanas del Niño Jesús, Movimiento de la Palabra de Dios de la rama de consagración particular de Betania, Comunidad del Monte Horeb, Esclavas del Sagrado Corazón, Hermanas Ursulinas de la Inmaculada Virgen María, consagradas en la orden de vírgenes de la Diócesis, las Hijas de San José, Instituto Secular Caritas Christi, Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, laicas consagradas del Movimiento Puentes, Focolares (Obra de María), representantes de las Hermanas Clarisas del colegio Stepinac, Congregación San Miguel Arcángel, Carmelitas de María Inmaculada, y padres y hermanos Palotinos.
Mons. Alejandro, luego de escuchar sus testimonios, dirigió estas palabras hacia los y las consagradas:
Tenemos que ser agradecidos por tantos hombres y mujeres que están consagrando su vida por el carisma que el espíritu mantiene como fuego encendido, como decía hace tres domingos el evangelio, “He venido a traer fuego”. Pero hay mucho pecho frío, pero también hay mucha gente que no es pecho frio, que ha dejado encender su corazón con el amor de Jesús y están cotidianamente consagrando su vida para que Jesús sea amado: en los jóvenes, en los niños, en las mujeres abandonadas.
Unidos en oración por las vocaciones consagradas, la comunidad de la Catedral de Morón celebra sus vidas y servicio.
El sábado 9 de agosto con alegría, bajo un cielo brillante de sol radiante, la Diócesis de Morón dió la bienvenida a Monseñor Alejandro Pablo Benna como pastor de esta querida tierra, bajo el lema “Para mí, la vida es Cristo” (Flp. 1, 21). Una multitud de fieles se congregó en el atrio de la Catedral de Morón para compartir el inicio de este nuevo Ministerio Episcopal, junto con los intendentes Lucas Ghi, de Morón, Damián Selci de Hurlingham y Pablo Descalzo de Ituzaingó, autoridades municipales, representantes de las distintas comunidades, fuerzas vivas, obispos de toda la región bonaerense y una multitud de fieles.
La celebración contó, además, con la participación de Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, arzobispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires, quien dedicó palabras afectuosas a Monseñor Benna: “Querido Alejandro, me sugieren que sea ahora que te diga algunas palabras, muy sencillas. Los dos hemos sido obispos en el sur, en la Patagonia, y ahí sabemos lo que son las distancias. Y ahí nos hemos transformado en peregrinos sin lugar a dudas, yendo de un lado al otro. Animados en este año jubilar a ser peregrinos de la esperanza, me animo a decirte que con los pies ya sabés caminar, sabes moverte de un lado al otro, como dijimos, viniendo de la Patagonia. Que nunca dejes de ser peregrino con el corazón. Me gusta decir que tenemos que advertirnos y cuidarnos de la pachorra del alma y del quietismo espiritual. Nunca dejes que el corazón se quede quieto, que sea peregrino en serio, con el corazón siempre, y que seas un pastor feliz. porque mientras vos seas feliz, harás feliz a tu pueblo. Así que cerquita de tu gente, con ese corazón que se movilice siempre, a seguir siendo peregrino de esperanza. Y que Dios te bendiga mucho, hermano”.
De igual forma, Monseñor Alejando Pablo no dejó de agradecer los años de ministerio de nuestro anterior obispo, Monseñor Jorge Vázquez, presente durante toda la ceremonia a quién le dedicó unas sentidas palabras: “Quiero dar unas gracias enorme por el cariño, la ternura y el corazón abierto con el que me recibió el padre Jorge. ¡Y le vamos a dar un fuerte aplauso, por su ministerio y su servicio! Gracias Jorge, qué hermoso. Hemos compartido estos días, hemos orado juntos, hemos celebrado juntos la Eucaristía, rezábamos Laudes y hemos compartido. Y la verdad que yo se lo quiero agradecer de corazón, porque me recibió como un hermano y un padre. Y por tanto cariño que le ha puesto en estos años de ministerio a la diócesis, gracias de corazón, no me voy a cansar de decírtelo. Gracias Jorge”.
También compartió su deseo de ser un pastor que acompaña, que viva del servicio y que camina junto con los consagrados, laicos, jóvenes, niños y misioneros, pequeñas ovejas del rebaño de Cristo.
“‘Apacienta mis ovejas’: ustedes son de Jesús, son bautizados y con esa actitud yo vengo a acompañar a servir, a lavar los pies. Es hermoso el camino que han hecho del Sínodo y yo sueño poder ayudarlos a que los sueños y las propuestas que hicieron, acompañarlos para llevarlas adelante. Aunque seamos pocos, no tengamos muchas fuerzas, ‘no temas pequeño rebaño’”.
Una vez finalizada la Eucaristía, la fiesta y el compartir se hicieron presentes. Miembros de Acción Católica y Scouts repartieron con la multitud bizcochuelos, tortas fritas y tazas de mate cocido caliente, que fueron recibidos con alegría y agradecimiento. El escenario se llenó de canciones y danza, con presentaciones del Ballet Mama Antula, de la violinista Alma Luján y del Grupo musical Ruah.
Disfrutamos, como comunidad, de la alegría del encuentro con Jesús y con los hermanos, y nos quedamos con las palabras de nuestro nuevo obispo que serán nuestra guía para peregrinar juntos como Diócesis: “Pidamos al Señor entonces la gracia de poder vivir el gozo del encuentro con el Señor. Hemos venido a eso acá, no hemos venido a una ceremonia, hemos venido a encontrarnos con Cristo, y que este gozo y el misterio de caminar juntos y, yo diría, demos un paso más. No solo caminemos juntos, sino caminemos en comunión, seamos capaces juntos con todos los que buscan el bien común, con las autoridades que acá nos acompañan y con todos los que buscan el bien de nuestro pueblo en estos tiempos tan difíciles. Seamos capaces de llevar esta buena noticia con inmensa alegría y esperanza”.